Los docentes vascos impondrán sanciones inmediatas a alumnos que perjudiquen la convivencia
Un nuevo decreto sobre derechos y deberes del alumnado de los centros docentes no universitarios del País Vasco dota a profesores y directores de autoridad para sancionar «de forma inmediata» a los alumnos que cometan actos que afecten a la convivencia. Hasta ahora esa competencia era del consejo escolar, por lo que primero había que abrir un expediente y después esperar a que este organismo se reuniera y decidiera la sanción a aplicar, con lo que a veces la corrección «tardaba tanto en llegar que perdía su sentido».
El consejero vasco de Educación, Tontxu Campos, explicó que el punto de partida del decreto, que sustituye al anterior de 1994, es «ayudar a construir la convivencia» en los colegios y que los alumnos «aprendan a ejercer sus derechos y a adquirir sus deberes», a la vez que se mantiene la meta de «tolerancia cero ante el maltrato entre iguales o a personal docente».
El nuevo texto distingue entre conductas inadecuadas, conductas contrarias a la convivencia y conductas gravemente contrarias a la convivencia, así como las medidas correctoras a aplicar en cada uno de los casos. Los profesores tendrán potestad para sancionar «inmediatamente» las conductas inadecuadas, entre las que se encuentran la falta injustificada de puntualidad o de asistencia o el hecho de copiar en los exámenes. Las medidas correctoras fijadas para estos casos son la «reflexión» y la realización de tareas sobre el mal comportamiento. En los otros dos grados de mala conducta, el profesor, además de intervenir, debe enviar al alumno al despacho del director.
Desobediencia e indisciplina
Se consideran conductas contrarias a la convivencia, entre otras, los actos de desobediencia e indisciplina, alterar boletines de notas o grabar a otros sin consentimiento, y las sanciones correspondientes pueden oscilar entre la «reflexión y el apercibimiento» y la suspensión de la asistencia a clase durante un período máximo de tres días.
Los comportamientos tipificados como conductas que perjudican gravemente las convivencia hacen referencia a insultos discriminatorios, agresiones o acoso, y conllevan medidas correctoras que pueden llegar, además de a la suspensión de la asistencia a clase, al cambio de centro escolar.
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