"Una vez acabada la canción, el sheriff hizo un gesto de asentimiento dirigido al alguacil, que azotó el flanco del buey contra una cuerda al tiempo que el carretero hacía chasquear su látigo. El buey avanzó, lo que hizo que el condenado se tambalease, arrastró el carro y el hombre quedó colgando en el aire. La cuerda se tensó y el cuello del ladrón se rompió con un chasquido.
Se oyó un alarido y todos se volvieron hacia la muchacha.
Se oyó un alarido y todos se volvieron hacia la muchacha.
No era ella la que había gritado, sino la mujer del cuchillero, que se encontraba a su lado. Sin embargo, la joven era el motivo del grito. Había caído de rodillas frente a la horca, con los brazos alzados y extendidos ante ella. Era la postura que se adoptaba para lanzar una maldición. La gente se apartó temerosa, pues todos sabían que las maldiciones de quienes habían sufrido una injusticia eran especialmente efectivas, y sospechaban que algo no marchaba bien en aquel ahorcamiento. Los chiquillos estaban aterrados.
La joven miró con sus hipnóticos ojos dorados a los tres forasteros, el caballero, el monje y el sacerdote, y soltó su maldición subiendo el tono de la voz a medida que hablaba.
-Yo os maldigo. Sufriréis enfermedades y pesares, hambre y dolor. Vuestra casa quedará destruida por el fuego y vuestros hijos morirán en la horca. Vuestros enemigos prosperarán y vosotros envejeceréis entre sufrimientos y remordimientos, y moriréis atormentados en la impureza y el dolor ...
Mientras pronunciaba las últimas palabras, la muchacha cogió un saco que había en el suelo junto a ella y sacó un gallo joven. Sin saber de dónde, en su mano apareció un cuchillo, y de un solo tajo cortó la cabeza del ave.
La joven miró con sus hipnóticos ojos dorados a los tres forasteros, el caballero, el monje y el sacerdote, y soltó su maldición subiendo el tono de la voz a medida que hablaba.
-Yo os maldigo. Sufriréis enfermedades y pesares, hambre y dolor. Vuestra casa quedará destruida por el fuego y vuestros hijos morirán en la horca. Vuestros enemigos prosperarán y vosotros envejeceréis entre sufrimientos y remordimientos, y moriréis atormentados en la impureza y el dolor ...
Mientras pronunciaba las últimas palabras, la muchacha cogió un saco que había en el suelo junto a ella y sacó un gallo joven. Sin saber de dónde, en su mano apareció un cuchillo, y de un solo tajo cortó la cabeza del ave.
Mientras la sangre aún brotaba del cuello del gallo, la muchacha arrojó el cuerpo descabezado de éste contra el sacerdote de cabello negro. No llegó a alcanzarlo, pero la sangre lo salpicó, al igual que al monje al caballero que lo flanqueaban. Los tres hombres retrocedieron con una sensación de asco, pero no pudieron evitar que la sangre los alcanzara en la cara y manchase sus ropas.
La muchacha se volvió y echó a correr."
4 comentaris:
Ets tan obvi cm jo........ ;p
xxxxxxxxxxxxt, calla !!!!!!! com se t'escapi alguna cosa d'aquesta boqueta, no tindràs cap gallifante. Ni d'or !!!!!!!
mmmmmmmuuuuuuuuuuaaaaaaakkkkkkkk.....
s'hem pot escapar aixo???? ara et fotras vermell cm un amagrana i mentre no mires dire q es.....un galifant, un galifant.....
i no te emociones i dona la cara, deixar misaatges al blog sense entrar al messenger es d covards!!!!
:p
T'ha delatat el wink-cluck, jo pensava q era altra persona.....
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