¿Aún es Messi el falso 9?
Probablemente, harán falta más partidos para contestar con certidumbre científica la pregunta del titular: ¿todavía juega Messi como falso 9? Transcurrido el primer tramo del curso futbolístico, tengo serias dudas al respecto. Veamos la cronología. Primero, llegó Cesc y se alineó de falso delantero centro. Dijimos que el Barça jugaba, en ese momento, con un doble falso 9, una figura que denominamos 'doble Messi' para entendernos. Dos hermanos gemelos jugando de lo mismo y en paralelo. Uno asistía y el otro desbordaba. O al revés. El siguiente movimiento fue retirar un defensa para dejar sitio a esa doble figura y poder llenar el centro del campo por dentro, necesidad vital en el juego del equipo. Y tras la lesión de Cesc llegó la primera señal del cambio: Pedro adoptó su dorsal de falso 9, dejando a Messi otro papel que ya venía protagonizando durante meses: el de la mariposa de la Teoría del Caos, que agita las alas en una zona del campo y provoca una tempestad en otra zona.
Insisto: falta que corroboremos lo visto y apuntado hasta ahora y no podemos descartar nuevos enroques de Guardiola que desmonten lo que apenas hemos vislumbrado. Pero, hoy por hoy, el falso 9 del Barça es más bien Cesc, Pedro o Thiago o lo será Iniesta si hace falta. Pero ya no parece serlo Messi. Porque Messi es otra cosa: es el jugador total, con incidencia por todo el campo. En su brillante temporada pasada se alineó muchas veces de centrocampista creativo, realizó tareas de distribución y paseó sin el menor reparo por las zonas que habitualmente patean Busquets y Xavi. En este equipo de números impostores y falsos roles, podíamos decir, por ejemplo, que Leo fue un falso Xavi en la final de Wembley, pues en muchas ocasiones apareció a su costado como un mellizo.
Estamos asistiendo a una nueva mutación en la que Guardiola atribuye roles y funciones concretas a diez de sus jugadores y otorga libertad completa a Messi para evolucionar cómo y por donde quiera. Así, los otros nueve jugadores de campo son distribuidos del modo que al entrenador le parece conveniente, mientras el as argentino recibe un cheque posicional en blanco. Este es el tercer papel que interpreta Messi en el Barça: empezó como extremo derecho, pasó a falso delantero centro y ahora mismo es un líbero por todo el campo. “Muévase usted por donde quiera”, parece decirle Guardiola, al tiempo que le da la camiseta del falso 9 al primero que pasa por ahí, sea Cesc, Pedro o quien se tercie en el futuro. Todo ello nos lleva a concluir que el Barça juega, desde el punto de vista de las posiciones, con 10 jugadores más Messi. Estaremos atentos a los próximos encuentros para comprobar si se cumple este nuevo rol del argentino o todo ha sido un simple espejismo puntual.
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