SI NO ES MUCHO PEDIR
Si Niestzsche dijo de España que su característica principal fue “haber querido demasiado”, hoy viendo la reacción del gobierno ZP ante las demandas separatistas, parece que esa España, otrora ambiciosa, no puede más que acurrucarse en una esquina, esperando simplemente sobrevivir.
No es cuestión de dialogo, se trata simplemente de sentirse español y de estar orgulloso de serlo. Se trata de decir a Ibarreche y a Rovira, bien claro y bien alto que la tierra que vio nacer a Cervantes, Quevedo, Calderón Azorin, Unamuno, Pio Baroja, Pla, Cela es Cataluña, Vascongadas, Castilla, Andalucia, Galicia, es decir ESPAÑA. Que la sangre que descubrió y civilizó las Americas y medio mundo, era sangre vasca, aragonesa, extremeña, castellana, catalana, es decir ESPAÑOLA. Que todas las regiones, con sus peculiaridades, con sus conflictos, con sus virtudes y con sus defectos forman parte de de esa unidad indivisible que llamamos ESPAÑA.
De eso se trata, de decidir si seguimos siendo españoles o no, si España sigue existiendo o no. No se trata de modificar estatutos de autonomía, no se trata de avanzar hacía un estado federal, ni de buscar componendas para seguir en el poder o pergeñar un parche para salir del paso. Se trata de responder a la vieja pregunta, ¿A qué llamamos España? La mayoría de los ciudadanos de ese país tiene muy clara la respuesta.
Lo que se echa en falta es un presidente de gobierno que también tenga clara esa respuesta y sepa a qué llama España. Se echa en falta un gobierno que no crea que usar expresiones patrióticas como las empleadas por el Sr. Bono, sea inapropiado porque puede ofender a los socios separatistas que le apoyan.
La mayoría de los españoles echamos en falta un gobierno fuerte que pare los pies con firmeza a los separatistas. Un gobierno responsable, que junto a la oposición busque formar un solo bloque, que dejando de lado intereses electoralistas, represente el sentir de la absoluta mayoría de los españoles, que está harto de los chantajes del separatismo.
Históricamente quizás España quiso demasiado, pero hoy no creemos que salvaguardar su unidad, su esencia, su ser formado por la cultura vasca, castellana, catalana, gallega, andaluza … y la igualdad entre todos los españoles, sea pedir demasiado.
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