dijous, 20 de gener del 2011

Esto está a punto de estallar


Da igual quién sea el culpable. O no, pero la situación financiera española en general y catalana en particular está derivando en un problema político sin precedentes que está a punto de estallar. Y con consecuencias sociales. A no ser que el gran mago Zapatero saque otro conejo de la chistera.

El tripartito dejó 7.800 millones de déficit sólo del 2010 y su gobierno amigo, español y misericordioso, miró para otro lado para no perjudicar electoralmente al PSC. Ahora que ya han pasado las elecciones, ha trascendido la cruda realidad y Zapatero ha advertido que con este déficit no piensa autorizar nuevas emisiones de deuda catalana. Como lo ha dicho al Financial Times, habrá que pensar que, por una vez el presidente español ha hablado en serio.

Resulta que la emisión de bonos que hizo el tripartito en vísperas electorales fue una salida desesperada para poder terminar el mandato habiendo pagado las nóminas de los funcionarios, así que, cuando se acabe el dinero de los bonos, el nuevo Govern tendrá que sacar dinero de debajo de las piedras para pagar las nóminas. Artur Mas dijo ayer que ha prohibido a sus consellers que gasten más del 30% de lo que tienen en el presupuesto prorrogado. La austeridad evita que el agujero se haga más grande, pero a corto plazo, si no hay ingresos suficientes, no habrá para pagar. Los cálculos del conseller Mas-Colell es que hay dinero para dos meses. Pues bien, si en febrero el Gobierno central no suministra fondos ni permite endeudarse más a la Generalitat, los maestros, los médicos y los mossos dejarán de cobrar. Y si eso ocurriera, sería una catástrofe que Zapatero tampoco se puede permitir porque el Financial Times lo destacaría en primera página.

Para evitarlo, Zapatero no tendría más remedio que rectificar y autorizar a la Generalitat nuevas emisiones de deuda que seguramente tendrán que ser más caras que la anterior y no más baratas como pretende Artur Mas. Otras administraciones arruinadas como el Ayuntamiento de Madrid o la Generalitat valenciana están en las mismas y harían lo mismo, con lo que se demuestra que la “centrifugación del déficit” no resuelve sino que ahonda el problema: en tal caso, la deuda global española crecería tanto que el Financial Times también lo pondría en portada. Pagar o no pagar, that is the question.