Los chicles invaden las calles de Barcelona: 20 por m2 cada mes
El Ayuntamiento calcula que retira 1.800 al día, sólo por Ciutat Vella, pero retirar uno cuesta 0,06 euros más que comprarlo en una tienda
Miles, cientos de miles, millones de chicles están incrustados en las calles de Barcelona. Son esas costras endurecidas y oscurecidas por el tiempo diseminadas por toda la urbe, de Sarrià al Raval. Crecen a una velocidad media de veinte por metro cuadrado al mes, muy por encima del ritmo de su limpieza y su proceso de biodegradación. La Rambla es uno de los lugares con mayor densidad. Allí se cuenta un mínimo de seis por baldosa. Su proliferación sólo es comparable al registrado en otros espacios intensamente transitados: plaza Catalunya, paseo de Gràcia, Portal de l'Àngel... Según un blog ciudadano, en la calle Cucurulla hay 52 por m2. En la plaza Sant Jaume no se ven tantos porque los adoquines son oscuros y pocos lugares de la urbe son tan visitados por los barrenderos.
LA VANGUARDIA
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